"Duermo de pie, la vida es mucha a veces
Esta luz apagada y este sueño
Los ojos se me cierran, de la frente
Vencidos al afán y rudo peso
Porque en la frente que me agobia tanto
De muchas vidas pesadumbre tengo(...)"
Así comienza, en versos recitados por Claudia de la Huerta Tamayo, el matutino homenaje al natalicio del Apóstol en su 171 aniversario. El colectivo de MoviTel participa en el encuentro y se nutre de las intervenciones sostenidas por los jóvenes Rosalba Rodríguez Pérez y Roberto Estévez, quiénes compartieron entre prosa y verso, los sentimientos martianos que perduran en la idiosincrasia cubana.

"De caracteres mayores su grandeza viste, de sufrida existencia sus pasajes hablan, y fue palabra en verso escrito en sangre, vivió en carne propia las crueldades del colonialismo español, sintió con profunda aflicción el destierro de su Patria, a la que veneró y amó y a la cual dedicó más de una de sus obras porque el sentimiento arraigado en su pecho pesaba más que las penurias vividas. Vasta es su obra, en la cual vuelca todos sus sentimientos e ideales y es por su obra por la que se inmortaliza el hombre. ", así expresa la joven especialista; en tanto su compañero recita el inmortalizado poema "10 de octubre", un grito de lucha, un himno para la guerra independentista.
El Director General, Iván Leudis Ferrer, relata algunas de las anécdotas que evidenciaron el ojo visionario que caracterizaba a Martí así como la fuerza de carácter humanista, perseverante y ante todo revolucionario que en sí existían. Se identifica como un seguidor de la obra martiana y añade que esta es inmensa y enriquecedora.